domingo, 30 de septiembre de 2012

Papá, ¿cómo se besa a una chica?


Oficialmente mi hijo ha entrado a la adolescencia, etapa que promete mantenerme ocupado leyendo e investigando sobre todos los cambios que le están ocurriendo. Uno de esos cambios es que verá a las chicas de otra forma. Ya no será como “molestosas”, sino que  se sentirá atraído por ellas.

El otro día iba en el auto con él cuando de repente me soltó la bomba.


─Papá, ¿cómo se besa a una chica?preguntó. 
Abrí los ojos como vaca que va pa’l risco y empecé a gaguear.

─Ehhh, ehhh, ehhh, ¿por qué quieres saber?le pregunté con cierta ansiedad.

─Pues porque quiero saber. Eso es todo.


Diosss!  Con tantos tíos y con mayor millaje, me pregunta a mí. Jajaja. Bueno, pero a fin de cuentas soy su padre y es a mí a quien le corresponde. Así que, luego de respirar profundo e invocar al universo algo de inspiración, esto fue lo que le contesté:


©2012-Carlos Torres
─Bueno mi Rey, besar es una forma de expresarle a alguien el amor que sientes por ella. Hay diferentes formas de besar, pero en realidad, un buen beso depende del momento indicado.  Una vez se dé el momento, debes acercarte lentamente a la persona y poco a poco a su boca, mirándola fijamente a los ojos. Cuando tengas tus labios sobre los de la otra persona, cierra tus ojos y bésala suavemente (no seas brusco). Luego te despegas un poquito, abres tus ojos y mira como ha reaccionado tu pareja. Si le gustó, te aseguro que te volverá a besar. ¿Entendiste?

─Eso creo, ¿pero qué pasa si esa chica no me conoce?─preguntó ingenuamente.

─Jajaja, pues prepárate a recibir un buen *pescozón.


Ambos nos reímos a carcajadas y seguimos nuestro camino.


¿Qué aprendí de esto?

Aprendí que este tipo de conversaciones son el resultado de haber trabajado en ganar su confianza y que sea yo su mayor y mejor fuente de información.


*cachetada, bofetada

martes, 11 de septiembre de 2012

El Niágara en bicicleta


¿Quién no se acuerda cuando aprendió a correr bicicleta sin las rueditas de atrás? ¿Recuerdas que estabas asustado? ¿Recuerdas a tu Padre gritándote “¡Pedalea, pedalea!”? Pues ahora es mi turno de enseñar.

Para unas Navidades, mis hijos pidieron bicicletas y las recibieron. Yo, como todo padre, comencé la tarea de enseñarles, pero mi viejo nunca me dijo que era tan difícil. Así que decidí volver a instalar las famosas rueditas.
Un día, mi hijo salió a correr su bici -aún con las rueditas de atrás- y a los pocos minutos regresó furioso.

─Estúpida bicicleta─gritó.
─¿Qué pasó?─le pregunté.
─Esos niños me dijeron que me veo tonto con las rueditas. Ya no quiero correr más bicicleta─reaccionó.

Fue tan serio el asunto para él, que estuvo dos años si volver a intentarlo.

En todo ese tiempo, insistí y lo motivé pero no tuve éxito.

Confieso que me sentí frustrado. Pensé que había fallado como padre en enseñarle algo tan básico.

Luego, durante este verano, la Chiqui se motivó y lo logramos. Salió corriendo su bicicleta en dos o tres días. Su hermano agarró su bici y  finalmente decidió intentarlo. Yo, ni corto ni perezoso, comencé con mi special project.

Luego de haber trotado el equivalente al maratón de Nueva York -sin rebajar ni una onza de mi panza- con la espalda doblada -aún me duele- y agarrando su asiento por la parte de atrás, finalmente lo logró.

Todo era cuestión de tiempo y paciencia.

Les comparto el video de tan maravilloso momento.