jueves, 19 de enero de 2012

"Papá, ¿Cómo tú me hiciste?


Mi hijo por lo general no es tan preguntón como su hermana, pero cuando lo hace, lo hace en grande. Veamos porqué.

Érase una tarde de sábado. Estábamos en el parque Julio Enrique Monagas de Bayamón. Allí celebramos uno de los logros de mi hijo como cachorro de escucha, Cub scout en inglés. Se trataba de la ceremonia de Flecha de Luz, el rango más alto que puede alcanzar un “cobito”.

La actividad estuvo enmarcada en un ambiente místico. Con muchos elementos sorpresa, como solo a nuestra  Cub Master, Maribel Medina, se le pueden ocurrir. Una de esas sorpresas fue la aparición de un indio en tapa rabos con arco y flecha.

Como parte de la ceremonia, el indio encendió la punta de la flecha y la disparó hacia lo lejos. Mi hijo y yo teníamos que ir a recogerla y traerla nuevamente para que entonces le entregaran su rango formalmente.

De camino a buscarla, charlamos de cómo se sentía con lo que estaba pasando y yo le decía lo orgulloso que estaba de él y que me encantaría verlo convertido en un escucha águila. De pronto... “¡Boom!”, una pregunta de las buenas.

─”Papá, ¿cómo tú me hiciste?.
─”Con mucho amor”, le contesté.
─”Nooo, ¿cómo? Si te acostaste con mamá y cosas así.

¿Pero que es ésto? Así sin anestesia. Eso fue como Pearl Harbor, un ataque aéreo sorpresa. Quedé destrozado con la pregunta. Me puse frío y no sabía qué hacer. Entonces le digo:

─”Papito, yo te explico en casa porque aquí estamos en tu ceremonia y no podemos interrumpirla y además no tengo el libro para que puedas entenderlo todo”.
─ “Ok”, contestó.


Confieso que le rogué a Dios que se le olvidara el asunto cuando llegáramos a casa y así salir ileso.

Le conté todo a mi esposa y se quedó boquiabierta. Una vez en la casa, el chico se fue a su cuarto a jugar con sus Legos y yo a ver televisión. Mi esposa se me queda mirando y me dice:

─”No mijito, busca el libro y explícale al nene lo que quiere saber”.
─”Pero si ya se le olvidó. Cuando vuelva a preguntar yo le explico”
 ─”No. Tú se lo dijiste y ahora le cumples.”

No hubo remedio. Tuve que buscar el famoso librito y citar a mi hijo a una charla hombre a hombre. Comencé por preguntarle qué era exactamente lo que quería saber y qué sabía sobre el tema. Así yo sabría por dónde dirigirme.

Bueno, le expliqué todo y le mostré láminas para que no tuviera dudas. Le fui haciendo preguntas para corroborar que estuviera entendiendo todo y al final le pregunto:

─”Bien, ¿tienes alguna duda?”
Me miró con cara de incredulidad y asombro y dice:
─”Ewww . ¡Papaaaa!, ¿Porqué orinaste a mamá por dentro?


Me dieron una ganas terribles de reirme pero me contuve. Pero esa mis amigos, es otra historia.


¿Qué aprendí de esto?
Hay que hablarles de sexo en la medida de su curiosidad, la edad que tengan y sus conocimientos del tema. Nunca inventes o mientas y no contestes más de lo que tu hijo pregunte. Recuerda, mejor le enseñas tú a que aprenda incorrectamente por vía de terceros.

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